Lira porteña n° 12
María y sus ganas de imprimir el mundo
Por Karla Jofré Maldonado
Cuando en 1822, Lord Cochrane trajo la primera prensa litográfica a Chile, seguro no se imaginó que dicha adquisición iba a aparecer mencionada un año más tarde en el célebre libro “Diario de una residencia en Chile” de María Graham donde la viajera describe su periplo y sus experiencias por esta parte del mundo que la llevaron a experimentar, entre otras cosas, un terremoto y su propio luto. Originalmente publicado en Londres bajo el título “Journal of a residence in Chile: during the year 1822 and a voyage from Chile to Brazil in 1823”¹, incluye notas personales de María donde se desprende que antes de llegar a Chile, ya se había encontrado con el marino inglés en Londres y no había tenido una muy buena primera impresión. Sin embargo, más tarde le interesarían las ideas y campañas políticas de Cochrane que -en ese momento- de manera casi imperceptible, terminarían estando relacionadas con algunas de las primeras proclamas políticas impresas en el país en favor de la causa independentista.
Cuando arriba no lo hace como la Sra. Graham sino que como la viuda inglesa del capitán del barco que la trasladaba. Acá es recibida por la señora Campbell, una dama española esposa de un comerciante inglés que vivía en Valparaíso, quien la invita a alojar con ellos en un comienzo y se vuelve su amiga en estas lejanas tierras. Es con ella con quien realiza varias actividades como asistir a una festividad religiosa en la iglesia La Matriz, donde se encuentra por primera vez con Lord Cochrane en tierras nacionales.
En su diario de viaje constata distintos sucesos aparentemente cotidianos y simples que han servido para dilucidar y entender mejor la época en la que la observadora inglesa habitó la zona: “Tratamos de persuadir a la señora Miersa que se quedara con nosotros, mas no pudimos conseguirlo. Estaba con
cuidado por sus niños, y partió, calculando llegar a su casa antes de oscurecer. Hice un pequeño bosquejo de la casa; y habiendo encontrado en ella una prensa litográfica, pienso reproducirlo en piedra. Será el primer grabado hecho en Chile, y probablemente en este lado de América del Sur.”²
Esa no es la única vez que habla a lo largo del libro de sus intenciones de imprimir, aunque no está segura si puede hacerlo e incluso duda que exista una imprenta en el país. De todas formas, es interesante que documente esta incertidumbre puesto que deja en evidencia que la industria editorial y la imprenta en sí no era del todo masiva ni tan popular.
“Fui temprano a la imprenta nacional, bastante buena para un país pequeño y nuevo, aunque algo escasa de tipos, dudo que se pueda imprimir un volumen en cuarto de cuatrocientas páginas. Compré las gacetas desde 1818 hasta la fecha. Antes de ese año no se había impreso nada. Adquirí también algunas leyes, reglamentos y poesías. Bajo la dominación española Chile no tuvo imprenta, así me parece, al menos, porque no estoy segura de ello ni he podido saberlo a punto fijo. Todas las impresiones necesarias, esto es, las que el virrey, el arzobispo y la Inquisición permitían, se ejecutaban en Lima.³
Durante su paso por Chile compartió con las personas más connotadas de la época, hablaba con Bernardo O’Higgins en inglés, asistía a bailes y charlas en Santiago, Valparaíso y sus alrededores, practicaba su español con los niños y con quienes se encontraba en sus caminatas diarias por los cerros de la ciudad puerto. Muchos de estos personajes anónimos fueron descritos y dibujados por ella; así como también las plantas, hierbas y naturaleza chilenas, las costumbres y las vestimentas que a diario llamaban su atención.
En su diario relata sobre sus deseos de dejar plasmadas estas y otras historias de manera elocuente. “Fue primero la visita que en compañía de Mr. De Roos hice a la escuela lancasteriana, pues nos encontramos con que los alumnos estaban en la misa de San Agustín y la escuela cerrada. Nos dirigimos a la imprenta nacional, cerrada también, y los impresores en la fiesta del santo.
De allí seguimos al Consulado, deseosos de presenciar una sesión de la convención, idéntica cosa, los señores convencionales estaban en misa. Perdiendo entonces toda esperanza de ver ningún establecimiento público, resolví batirme en retirada y me encaminé a la plaza con intención de tomar algunos croquis desde un balcón que para este objeto me habían ofrecido, nada tampoco, el dueño de la casa se había ido a la misa de San Agustín con las llaves en el bolsillo.”⁴
La descripción de su cotidianidad continuó hasta sus últimos días en Chile, donde realizó labores dentro en una carpa de playa, interesada en imprimir proclamas al país y despedidas a los comerciantes de Valparaíso de parte de Lord Cochrane, lo que equivalía más bien a una despedida a los extranjeros en general, entre los que se contaban sus propios compatriotas. “Contribuyó a hacer estas cosas ella misma en una prensa litográfica.”⁵ (Imagen 1 pág. 418 e imagen 2 pág. 419,“Diario de María Graham”)
De vuelta en Europa, en febrero de 1827, María se casó con August Callicott, pasando a ser Lady Callicott, nombre con el que se le conoce hasta ahora.⁶
Aunque, si se me permite el atrevimiento, yo preferiría llamarla como su amigo Lord Cochrane en una de sus cartas, María Graham, “la primera historiadora de la República chilena” o mejor aún, María, la litógrafa de la playa.
[1]Tuvo su primera traducción al castellano recién en 1902 dejando una segunda parte para 1909. Y curiosamente no fue hasta 2007 que se editó por primera vez una versión completa que incluye todas las secciones del libro traducidas por Neville Blanc Renard con un estudio histórico de José Miguel Barros. Fuente: https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-625386.html
[2]Graham, M. Op. cit. p. 376.
[3]Graham, M. Op. cit. p. 295.
[4]Graham, M. (19–). Diario de su residencia en Chile. (p. 262) Madrid, España: Editorial América
[5]Lago, T. (2000). La viajera ilustrada: vida de María Graham, Primera Edición. (p. 157) Santiago, Chile: Editorial Planeta.
[6]Lago, T. Op. cit. p. 176.
Extracto de María Graham Diario de su residencia en Chile, Madrid: Editorial América. p.418
Extracto de María Graham Diario de su residencia en Chile, Madrid: Editorial América. p.419
Karla Jofré Maldonado
Karla Jofré Maldonado es traductora de profesión, intérprete de oficio y bordadora de pasión. Su tesis de Magister en Arte la escribió a modo de gabinete de curiosidades personal recopilando impresiones y grabados en Chile. De ahí que este artículo trate sobre uno de esos hitos y sus protagonistas.
Para saber más sobre ella, visita @experimentos_bordados