Lira porteña n° 02

Lilo Salberg ante la crítica

Por Valentina Madrid Núñez

Al revisar la presencia y producción de obras de Lilo Salberg en el taller, así como las de sus compañeros, las que no quedarían de lado ante las miradas de la prensa local. En el caso de Salberg encontramos tres situaciones. Una es la mala escritura de su nombre[1] por la prensa de la época, en que se refirieren a ella como hombre. Esta situación se dio en más de una ocasión cuando se menciona al Grupo de Grabadores de Viña del Mar, al ser casi todos varones, Salberg fue la primera mujer en formar parte del colectivo por ende la prensa asumía que el nombre de Lilo correspondía también al de uno sexo masculino. Tal falta de precisión genera un problema a la hora de estudiar la obra de un artista: las menciones erróneas complican la búsqueda del artista en las fuentes primarias, pues resulta difícil de entender a qué artistas emergentes de la época se refiere la prensa.

Hay que destacar que no toda la prensa cometía este error. Entre quienes realizaron críticas en torno a Salberg está la crítica Ana Helfant. Entre los tres artistas que destaca Ana de la exposición está la figura de Lilo:

(…) Lilo Salberg, una muchacha que “parece un hombre”. Una forma de decir, claro está porque en su manera de grabar tiene una fuerza no usual en el espíritu femenino. No usual, decimos porque ha habido casos. Y al decir esto pensamos en Kate Kolwith, por ejemplo. Lilo Salberg está muy influenciada por los mejicanos en la forma y en el tema. Bueno, en la juventud a alguien hay que arrimarse. Y es de esperarse que con el tiempo surja su propia personalidad[2].

En la reseña, Helfant no hace alusión a una obra en específico de la artista, no obstante, sí destaca una fuerza en Lilo que se aplica a las técnicas que utiliza como también a los temas que expone en ellos. Además, la frase “una muchacha que parece un hombre”, habría sido un factor dentro de los errores

de prensa, considerando que en la época existía un prototipo de la estética femenina que, al parecer, Salberg quizá podría confundir por tener el pelo corto. Considerando esto junto con las habilidades técnicas que ya tenía antes de hacer grabado debido a su paso por la escultura[3], Salberg tendría una fuerza que le permitiría poder realizar sus obras, que a su vez rompería con la “estética femenina” de la época. A esta crítica se suma la que realiza Alfredo H. Borcosque:

(…) Lilo Salberg: Es una gran dibujante alemana residente en Chile. Sus trabajos representan la vanguardia del arte europeo en América. Su arte es atormentado y satírico a la vez porque la guerra laceró su corazón de tragedia y de dolor. Exhibe con éxito en el Salón Oficial de Chile y en el de Verano. En Alemania, ha obtenido numerosas recompensas[4].

A diferencia de Helfant, Borcosque alude a los orígenes de Salberg y a las influencias que tuvo mientras desarrolló parte de su formación y obra en Alemania. El crítico expone que las experiencias vividas previas a su autoexilio marcan un estilo en sus obras por medio de la sátira y el dolor. Además de lo que indica Helfant de la influencia de los mexicanos, Borcosque se enfoca en la obra de Salberg, en sus exhibiciones y en los reconocimientos que ha obtenido. Otra crítica es realizada por el Dr. A. Goldschmidt, quien trae a presencia lo siguiente respecto a la obra de Lilo:

(…) Lilo Salberg manifiesta una posición muy distinta: tiene una imaginación abstracta, de cierta sugerencia anímica, que la acerca a ciertas ideas surrealistas; muestra considerable fantasía y sensibilidad, mucho ritmo en la concepción lineal y de los valores plásticos; pero no carece, por otra parte, cierta tendencia literaria. Ella posee, sin duda, mucha intensidad de expresión y trata bien los matices, dentro del blanco-negro; también su obra en color y tinta china es de gran figura en los tonos y alcanza verdadera armonía de color[5].

No hemos podido encontrar la obra de grabado en color de Salberg. No obstante, es pertinente traer a presencia que, entre las críticas que hemos expuesto, solo dos (escritas por hombres) ven las influencias extranjeras en Salberg. Helfant es la única que alude a lo femenino en ella. Mientras Goldschmidt y Borcosque analizan su obra, de alguna manera exponen una personalidad que Helfant aún no ve definida o realizada en su obra.

Las problemáticas que ocurren al investigar a Lilo Salberg tienen relación con cómo se construye su línea de trabajo y de vida. Esto se logra principalmente con base en relatos orales y entrevistas que fueron realizadas, pero que no tienen registro de una publicación en algún medio o fecha exacta. Podemos advertir lo anterior en los rescates que se han hecho sobre la artista. En primera instancia está el trabajo de Alberto Madrid con su texto La línea de la memoria (1995), que trae a presencia la obra de Salberg. También tenemos la tesis del artista y grabador Daniel Lagos sobre Ciro Silva y el Grupo de Grabadores de Viña del Mar (2018), y el trabajo investigativo de Sofía Cifuentes y Julieta Sepúlveda en el anuario de investigaciones del Museo de Arte Contemporáneo (2018). Pero quien más se ha preocupado de la vida y obra de Lilo Salberg es Hugo Rivera-Scott (1943 –), artista que comparte con ella cuando Salberg ya no estaba en la Escuela de Bellas Artes. Rivera-Scott ha recolectado la mayor información, desde su vida, obra y entrevistas. Este trabajo se encuentra hoy en el archivo del Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA)[6].

Considere lo presentado como un ejercicio de análisis, revisión y el modo de actualizar la producción y documentación en especial en el caso de las artistas mujeres que preferentemente quedan invisibilizadas.

[1] Dentro de las lecturas de prensa que se ha realizado se ha podido encontrar la siguiente nómina de nombres con los que se referían a la artista; Lillo Salberg, Lilo Salberg Gordon, Lilo Salberg Woldamn, Lelo Salbelrg, Lilo Salzberg y Lilo Jalberg, esto permite a modo de catastro el mostrar las dificultades de seguirle la pista a la arista por los posibles nombres que se le otorgaba por parte de la prensa que para la época se daban de voz en voz, a pesar de que su firma era Lilo Salberg.

[2] Helfant Ana, “Exposición de Grabadores de Viña del Mar”, Las Últimas Noticias. Nota de prensa, Junio, 1950. Cedoc, Museo Universitario del Grabado Universidad de Playa Ancha, Valparaíso.

[3] En 1922 realizó tres esculturas en piedra para el puente de Guidehof para la Estación Central de ferrocarriles de Essen, pero el registro de este trabajo es inexistente.

[4] Borcosque Alfredo H, “Exposición en la Casa España”. Nota de prensa [s.f.]. Archivo Fondo de las Artes, Museo Universitario del Grabado Universidad de Playa Ancha, Valparaíso.

[5] Goldschmidt Dr. A, “Exposición de Dibujos y Grabados”. Nota de prensa [s.f.]. Archivo Fondo de las Artes, Museo Universitario del Grabado Universidad de Playa Ancha, Valparaíso.

[6] La donación de estos archivos es por motivos de la exposición “ANCLA 637 Con Hugo Rivera-Scott y otros” del 2019, donde además de los archivos que se convierten en una carpeta de artista, además también dona una obra que Lilo le obsequió.

Lilo Salberg, “Dos madres”.Linografía; 28,2 x 21,7 cm., c.1960

Valentina Madrid Núñez

Licenciada en Teoría e Historia del Arte

Encargada del área de Contenidos digitales y editoriales del Museo Universitario del Grabado de la Universidad de Playa Ancha.