Lira porteña n° 27
El grabado como patrimonio cultural inmaterial de Valparaíso.
Por María Teresa Devia Lubet
El grabado, como expresión popular-social y artística-estética, forma parte del ADN del paisaje cultural de Valparaíso. Con una larga tradición de cultores, maestros y artistas, adquiere la característica de impronta identitaria del territorio y su territorialidad.
El grabado, como arte y oficio, posee una larga data histórica, social y política en Valparaíso, la que se puede revisar en la continuidad de sus prácticas y formas de transferencia. Desde los maestros imprenteros hasta los reconocidos artistas, hombres y mujeres, que decidieron hacer de este medio la expresión profunda de su propio ser, pero también con el inconfundible compromiso social con sus propios contextos, ha significado que el grabado se haya transformado en un vehículo de conocimiento y valoración del colectivo que aporta con su obra al mundo de las artes visuales, desde Valparaíso al mundo.
La primera Escuela de Grabadores en la Región, la fundó Carlos Hermosilla Álvarez, hijo de un trabajador de imprenta, en el año 1939. Desde ese hito fundacional del grabado como arte hasta nuestros días, la práctica del grabado se ha mantenido sin interrupciones. De maestros a discípulos en los Talleres de Grabado, luego como especialidad en la formación de profesionales de las Artes Visuales en diversas Casas de Estudios Superiores, en los nuevos colegios artísticos, en colectivos que se reúnen para acciones específicas o, por el sólo hecho de mantenerse conectados con un quehacer que traspasa, a mi parecer, las puras fronteras de la producción de obra.
La producción artística del grabado no sólo se da en la ciudad de Valparaíso, también resultan ser centros importantes Concepción y Santiago. Sin embargo, es innegable que la historia que aparece detrás de la obra en esta ciudad puerto, resulta tanto más importante para los fines de esta exposición, cuyo objetivo fundamental es poder llevar al grabado al reconocimiento de patrimonio inmaterial de Valparaíso.
¿De dónde nace esta preocupación?
En el año 2023 un grupo de artistas grabadores organizó el Primer Encuentro de Grabadores de la Región de Valparaíso. El propósito central del encuentro era reunir en un espacio de reflexión e intercambio de saberes y nuevas técnicas a los y las artistas que se mantenían como cultores y/o practicantes de este hermoso y complejo quehacer artístico. El encuentro logró reunir a un centenar de personas que mantienen viva la práctica del grabado, ya sea en talleres locales , en las Escuelas de Bellas Artes de Valparaíso y Viña del Mar, estudiantes, egresados y académicos de Licenciatura en Arte de la Facultad de Arte de la Universidad de Playa Ancha con especialidad en Grabado, estudiantes y maestros del Instituto de Arte de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y de numerosas agrupaciones de Talleres, artistas, curadores/as, gestores culturales y galerías. Todos ellos con un fuerte vínculo con la producción, circulación y consumo del grabado.
Como resultado de este inédito encuentro, desde la reflexión y la acción, se visibiliza el impacto que esta práctica tiene todavía, como expresión artística, no sólo en la ciudad de Valparaíso sino también, en otros lugares de la Región. El seguir la huella del grabado resulta interesante y asombroso a la vez, ya que el poder de la transferencia de una práctica que prioritariamente se pasa de maestro a discípulo casi desde la oralidad misma, de la experiencia, de la convivencia, viaja con el portador hacia otros espacios y allí se vuelve a instalar, resignificando el sentido del quehacer, de la necesidad de preservar y el afán de permanecer. Situaciones que me llevan a asegurar que esta condición debería ser mirada como un componente del patrimonio inmaterial de Valparaíso Región por su alto valor social, histórico, cultural y político cuya esencia se mantiene incólume a pesar del traspaso del tiempo.
No cabe duda que las experimentaciones, las innovaciones y la búsqueda de “otras maneras”, se hacen presente en las narrativas de los artistas contemporáneos. Sin embargo, la esencia misma de la técnica es parte de la expresión de cada cultor/a, sin excepción, lo que me lleva a pensar en que el grabado se podría identificar no sólo como patrimonio material mueble centrado en la obra sino también, como memoria de una práctica social y cultural en constante resignificación, vinculada estrechamente a un territorio-lugar y a una identidad y pertenencia innegables con el imaginario de Valparaíso.
El grabado y sus cultores, necesitan ser reconocidos como un elemento que aporta a la difusión de Valparaíso como sitio del Patrimonio Mundial, como Ciudad Cultural y como un destino turístico invaluable para cualquier viajero. La forma de incluirlos, con seriedad y compromiso, sería integrándose al listado de patrimonio inmaterial reconocidos por el Ministerio de las Culturas, las Artes, y el Patrimonio, primeramente, y luego, apostar por el que Valparaíso sea reconocido como Capital Cultural del Grabado. Merecido reconocimiento que pondría al circuito de cultores, practicantes, mediadores y gestores culturales en un espacio creativo vinculado a una nueva forma de economía cultural que permita un verdadero desarrollo para la producción, la circulación y el consumo de este bien cultural, sin que por ello sea despojado de su esencia como arte y oficio, como expresión estética, como documento social, es decir, de su propia historia.
Quizás, esto que aún se percibe como un sueño en el colectivo de grabadores y grabadoras de Valparaíso, potencie un desarrollo sostenible de la práctica y su transferencia, logrando que abandonen un espacio de precariedad y marginalidad, inconcebible para una ciudad que pone en el discurso su especial historia de habitabilidad, cuna de creadores y artistas, y reconozca en el grabado y sus cultores un espacio de privilegio para sus narrativas.
Equipo museo, 1° encuentro de grabadores Valparaíso, 2023. Museo Universitario del Grabado de la Universidad de Playa Ancha.
María Teresa Devia Lubet
Directora MUG-Upla