Lira porteña n° 32
Apuntes acerca del grabado en Concepción I
Por Américo Camaño Quijada
I.- INTRODUCCIÓN:
En Concepción, entendiendo esta zona como provincia o región más que como ciudad, mucho antes de la enseñanza académica de las técnicas del grabado, específicamente el grabado en madera o xilografía ya se practicaba en las imprentas tipográficas, sobre todo con fines de avisaje o publicidad comercial. Las imprentas encargaban el tallado a personas externas, o en otros casos acudían a la destreza de sus propios trabajadores tipógrafos o impresores, quienes elaboraban pequeñas matrices en tacos de madera que luego incorporaban al molde tipográfico con los textos respectivos.
Desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, en ciudades como Tomé, Concepción, Talcahuano, Lota, entre otras, hubo una gran cantidad de periódicos que usaron esta modalidad. Muy pronto se desecharon los tacos de madera para reemplazarlos por los clichés metálicos, para la misma finalidad.
Por otra parte, en los pliegos de cordel o Lira Popular como se le conoce en Chile, la xilografía también se utilizaba para ilustrar las décimas que los poetas populares escribían para narrar noticias o hechos fantásticos. Conocidas son algunas Liras como: “La invasión de culebras en Carampangue” de José Hipólito Casas, “Espantoso suceso en Talcahuano, explosión en el “Gaviota” muertos i heridos” de Daniel Meneses, “El sangriento crimen de Lota” y “La gran inundación de Concepción y el sur” de Luis Romero Cancino; sin embargo, no tenemos seguridad de que estas Liras hayan sido impresas en nuestra zona, a pesar de que Simoné Malacchini en su libro “Lira Popular. Identidad gráfica de un medio impreso chileno” (Ed. Ocholibros – 2015) señala que uno de los lugares en que también se imprimieron pliegos fue la Imprenta del Águila de Concepción.
Desde esas primeras experiencias del grabado en madera, como herramienta funcional a la publicidad, hasta modalidad de ilustración de un medio de comunicación como la Lira Popular, pasaron varias décadas para que apareciera en nuestra zona, como recurso de expresión artística, sujeto a enseñanza académica.
II.- LOS INICIOS:
De acuerdo a testimonios aportados a lo largo de años por Albino Echeverría, Jaime Fica y Eduardo Meissner (algunos de ellos recogidos en la revista Biográfica de la Asociación de Grabadores del Biobío), como asimismo de una cronología elaborada para un seminario de título en 1990, por los estudiantes Eduardo de la Barra, Luis Díaz, Lilian Hernández y Laura Huala, una vez formada la Academia Libre de Bellas Artes en Concepción en 1942, las actividades de talleres giraban preferentemente en torno al dibujo y la pintura, pero no al grabado. Eso sí que, paralelamente a esos esfuerzos organizativos, comienzan a realizarse algunas exposiciones esporádicas en que se muestran grabados, como ejemplo de ello se registra:
- En 1942, en los salones del diario El Sur se realizó la exposición “Arte contemporáneo del hemisferio occidental”, en que se muestran también algunos grabados.
- En 1944, en los mismos salones del diario se exponen xilografías del grabador argentino Pompeyo Audivert.
- En 1953, expone grabados al aguafuerte, Francesco Chiapelli. Se destaca un artículo escrito al respecto por Julio Escámez en el diario El Sur.
- En 1956, se presenta una exposición de grabadores británicos en la sala El Sótano de Concepción.
- En 1957, en el contexto de la Tercera Escuela de Verano de la Universidad de Concepción, Eduardo Martínez Bonatti realiza un curso de grabado. Mismo año, se realiza una exposición de grabados de Nemesio Antúnez y del Taller 99, con la participación de José Venturelli y Julio Escámez.
- 1958, se realiza una muestra de grabados griegos en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Concepción. Más adelante, en el mismo espacio se presenta una exposición de arte esquimal con grabados y tallados.
- 1959, En los salones de la Orquesta Sinfónica, la Sociedad de Artes y la Universidad de Concepción organizan una exposición de grabados del artista brasileño Antonio Henrique.
Estos son algunos casos en donde aparece el grabado en exposición, en una zona en donde, por aquellos tiempos, estas técnicas eran completamente desconocidas, pero todavía no hay procesos de enseñanza sistemática al respecto.
Un primer hito importante a considerar lo constituye la creación en 1942 de la Academia Libre de Bellas Artes, bajo el alero de la Sociedad de Artes de Concepción, sobre todo en el período en que fue dirigida por Tole Peralta (1954 – 1960), importante por el impulso al arte en general y en particular, por la gravitación de Julio Escámez que con sus demostraciones prácticas intenta introducir el grabado en madera, pero no había talleres implementados, no había prensa de grabado. El pintor Albino Echeverría me señaló años atrás, que hubo un intento de Pedro Millar de armar una prensa a partir de rodillos de madera de una máquina para amasar, pero que no resultó.
En este punto es conveniente recordar que Pedro Millar, Santos Chávez, Jaime Cruz y Eduardo Vilches,
fueron alumnos de la Academia en Concepción, pero que en ese período no hacían grabado todavía. Es a partir de una invitación de Nemesio Antúnez que ellos viajan a Santiago y se vinculan al Taller 99, iniciando un proceso que los lleva a convertirse en los grandes grabadores y profesores, como se les conoce.
Pese a que en Concepción no existía todavía un gran desarrollo del grabado, sí destacan algunos nombres importantes, además del maestro Julio Escámez, como son Miguel Sapiaín, Jaime Fica, Rafael Ampuero y Eduardo Meissner, que son esenciales en la génesis del grabado del Biobío.
Miguel Sapiaín Urízar.- Originario de la ciudad de Coronel, mientras terminaba sus estudios en la carrera de leyes en la Universidad de Chile en Santiago, ingresa a cursos vespertinos de la Escuela de Bellas Artes y a la Escuela de Artes Aplicadas, siendo discípulo de Marco Bontá y compañero de José Venturelli, Julio Escámez y Carlos Hermosilla. Más tarde, de vuelta a Concepción, se vincula como profesor en la Academia Libre de Bellas Artes y participa en algunas exposiciones, dedicándose fundamentalmente a sus labores judiciales.
Jaime Fica Ordenes.- Nacido en Concepción, por un par de años se vincula con la Academia de Bellas Artes teniendo como profesores a Tole Peralta y Julio Escámez, y como compañeros a Santos Chávez, Eduardo Meissner, entre otros. En Viña del Mar toma algunas clases con el maestro Carlos Hermosilla.
Sus primeras incursiones en el grabado las experimenta en Cañete, en donde residía, debido a la motivación de su amigo Aníbal Guzmán, que lo visitaba y que por aquellos entonces estudiaba en la Universidad de Chile. Años después expone en el Instituto Goethe y en el Museo de Bellas Artes en Santiago.
A partir de 1972 se incorpora como profesor de Dibujo y Grabado al recién creado Departamento de Artes Plásticas de la Universidad de Concepción.
Rafael Ampuero Villarroel.- Nace en Ancud y siendo niño llega a Tomé junto a sus padres. Su formación artística es fundamentalmente autodidacta, desde muy joven trabaja como ilustrador para revistas de circulación nacional y para un periódico de Concepción.
En 1947 funda junto a otros pintores y algunos poetas locales, el Círculo de Bellas de Tomé, y ya a principios de la década del cincuenta comienza a relacionarse con la Academia Libre de Bellas Artes de Concepción y establece una estrecha amistad con Santos Chávez y Julio Escámez.
Desde principios de los años sesenta se dedicó casi exclusivamente a la xilografía, y en 1967 estableció un taller en Santiago.
Eduardo Meissner Grebe.- De origen penquista, paralelamente a sus estudios de Odontología en la Universidad de Concepción, se vincula, entre los años 50 – 60 a la Academia de Bellas Artes, teniendo también como profesor a Julio Escámez.
A finales de la década del 50, realiza un postgrado en Alemania, en donde obtiene el Doctorado en Odontología. Aprovecha su estadía para realizar cursos en la Academia Bildenden Künste de Viena en Austria, en donde aprende técnicas occidentales y orientales de grabado. Del mismo modo realiza en 1960 un curso de color con el maestro Oskar Kokoschka en la Escuela Internacional de Verano de Salsburgo.
A partir de 1972 se incorpora como docente en Diseño, Grabado y Estética Formal en el Departamento de Artes de la Universidad de Concepción.
La mencionada Academia Libre de Bellas Artes desaparece en 1960, a raíz de que el edificio en que funcionaba quedó con serios daños debido al terremoto de mayo de ese año. Luego, a lo largo de esa década, no son muchos los intentos institucionales por continuar desarrollando el grabado en la zona, salvo algunas acciones esporádicas, tales como:
- En 1963, exposición de xilografías del maestro Carlos Hermosilla en Concepción.
- En 1965, exposición de xilografías de Eduardo Meissner en la sala Universitaria.
Ese mismo año se inaugura un Taller de Grabado, con una exposición de Jaime Cruz. Iniciativa de corta duración, levantada por Evans Weasson y que contó con el apoyo de Eduardo Meissner, Osvaldo Cáceres, Albino Echeverría, Héctor Ramírez, entre otros.
- En 1967 se crea la filial Concepción de la Asociación de Pintores y Escultores de Chile (APECH), presidida por Tole Peralta. Institución que, con fines artísticos y gremiales, también ejerce una presión hacia el interior de la Universidad de Concepción para que se cree la carrera de arte.
III.- EL DEPARTAMENTO DE ARTES PLÁSTICAS Y VISUALES DE LA UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN:
Entre finales de la década del sesenta y principios de los setenta, al interior de la Universidad de Concepción se desarrollan intensos procesos políticos y culturales, los que se expresan en la realización de las Escuelas de Verano (lideradas por el poeta
Gonzalo Rojas), la Reforma Universitaria y las gestiones de la APECH Concepción, contexto que, de acuerdo a diferentes testimonios y al libro “Concepción te devuelvo tu imagen. Resistencia cultural 1972 – 1991” de Leslie Fernández, Carolina Lara y Gonzalo Medina, explicarían la creación en 1972 del Instituto de Arte, que comprende los Departamentos de Artes Musicales, Artes Plásticas y Visuales, Artes Teatrales, Coro y Orquesta y Educación por el Arte.
Este instituto, con sus cinco Departamentos, tuvo una muy corta duración debido al quiebre provocado por el golpe militar de septiembre de 1973 y la posterior intervención de la Universidad. Desaparecen los departamentos de Teatro, Coro y Orquesta y Educación para el Arte. Más adelante, en 1980, desaparece el Instituto de Arte y quedan funcionando por separado, los departamentos de Artes Musicales y Artes Plásticas.
Un segundo hito importante para el desarrollo del grabado lo constituye entonces, la creación del Departamento de Artes Plásticas y Visuales de la Universidad de Concepción, que inicia sus funciones el segundo semestre de 1972, bajo condiciones de estrecha vigilancia. El Departamento parte ofreciendo la carrera de Licenciatura en Arte con menciones en Grabado, Pintura y Escultura.
Destaca aquí la gran labor formativa, en relación al grabado, realizada por los maestros Jaime Fica, Eduardo Meissner, Julio Escámez y Pedro Millar, siendo la de los dos primeros, de mayor permanencia en el tiempo. Escámez debió salir al exilio en 1974 y Millar fue exonerado el año 1979.
En el decir de Jaime Fica, el taller de gráfica del Departamento de Artes Plásticas, comenzó muy precariamente: “Nosotros no teníamos nada, ese Departamento se echó a andar con “las patas y el buche”. Nos entregaron una sala en donde se hacían las clases teóricas y una sala pequeñita…y al fondo la sala de grabado que tu conociste. Nosotros nos tomamos esa sala, porque no teníamos donde trabajar…Bueno eso era en cuanto a espacio. En cuanto a mobiliario, cero…Costó un mundo para que la Universidad entendiera que era importante alhajar algo a ese departamento…Y por eso comprenderás, por qué el taller de grabado se echa a andar con una prensa que no era de la Universidad”.
Por otra parte, Eduardo Meissner, en relación al impacto de la intervención militar en la Universidad, nos indica: “Bueno, esa fue una destrucción de los principios creativos que se habían estado manejando en la escuela. Yo participé con un cuerpo teórico bastante amplio, pero después con el golpe militar quedamos todos mirando al cielo y haciendo todo lo posible para que nadie se fijara en nosotros. Seguimos manejando nuestros principios, pero claro, atemperados todos, que se yo…”
No obstante, las dificultades de desarrollo, dentro de las primeras promociones de estudiantes surgieron muy buenos grabadores como Santiago Espinoza, Carlos de la Vega, Víctor Ramírez y Eileen Kelly. Años más tarde emergen otras y otros artistas como Ester y Gloria Fierro, Rodrigo Andrade y Américo Caamaño, que eligen el grabado y la gráfica como su lenguaje esencial.
Es importante reconocer también la labor formadora de Pedro Millar en el Departamento de Artes Plásticas de la Universidad de Concepción, entre 1975 y 1979, quien incorpora nuevos enfoques que tenían que ver con el potencial comunicacional del grabado, la experimentación y los desplazamientos de la gráfica y el arte conceptual, influyendo enormemente en un grupo de estudiantes, los que a principios de los años 80 comienzan a dar vida a algunos grupos artísticos como fueron el Colectivo Arte80 y el taller Marca. Aquí destacan artistas como Pilar Hernández, Manuel Fuentes, Ricardo Chepo Sepúlveda, Iván Díaz, Iván Cárdenas, Ricardo Pérez, entre otros.
En los últimos años de la década del setenta, el Departamento de Artes Plásticas nuevamente es intervenido, esta vez, las autoridades universitarias deciden eliminar la Licenciatura en Arte y crear la Pedagogía en Artes Plásticas. En relación a este punto Eileen Kelly aclara que, en realidad la Licenciatura se “discontinuó”; es decir, nunca se cerró, y esa figura fue la que permitió solicitar la reapertura de la carrera más tarde, cuando ella era la directora del Departamento de Arte. Pasado varios años se reestablece entonces la Licenciatura en la escuela de arte, y la formación académica en la gráfica y el grabado cobra un nuevo impulso, a partir de la incorporación en 1992, del profesor Cristian Corral que venía de una vasta experiencia desarrollada en la Universidad de Chile y el Taller 99 de Santiago.
De esta nueva etapa formativa en la especialidad, emergen grabadores y grabadoras de gran nivel, entre otros: Claudio Romo, Lorena Villablanca, Roberto Cartes, Claudia Rivera, Pablo Mena, Anton Gacitúa, José Pedreros, Boris Montecino, Freddy Agurto, Luis Arias, Christian Rodríguez.
Estos dos últimos, importantes actores de la escena chillaneja del grabado, creadores de los talleres “Azul” y “Hora negra”, respectivamente. Luis Arias es, además, el encargado de exposiciones del Museo Internacional de la Gráfica de Chillán, creado por el artista Hernando León. Dicho museo alberga una importante colección de grabados de artistas nacionales y alemanes.
Américo Caamaño, “Textil oveja”. Xilografía, 30 x 30; .2015
Américo Caamaño Quijada
Su formación plástica-académica la recibió en la Universidad de Concepción, algunos de sus maestros formadores fueron Jaime Fica, Albino Echeverría, Eduardo Meissner, Enrique Ordóñez e Iván Contreras. Ha elegido preferentemente el grabado como medio de expresión. En el año 2004 recibió el Premio Municipal de Arte y Cultura de Tomé. En 2017 recibió el Premio Educa UBB, de la Universidad del Bío-Bío por méritos relevantes en su trayectoria como artista visual y como grabador.