Lira porteña n° 19

¿Por qué es importante concebir el grabado desde una perspectiva material?

Por Renata Sagredo Osorio

Durante septiembre y octubre de 2023, se llevó a cabo la Actividad de transferencia de la Beca Chile Crea, convocatoria 2022, como retribución de lo que fueron los estudios de Máster en Historia del Arte de la Edad Moderna: Tradición Clásica y Mundo Globalizado, en la Universidad Autónoma de Madrid de la autora de este escrito. Para contribuir a la transmisión de estos conocimientos adquiridos, se organizaron en el Museo Universitario del Grabado tres jornadas bajo el título “El grabado desde una perspectiva material: ciclo de conversaciones y prácticas en el MUG”.

El objetivo de estas líneas es comentar brevemente lo abordado en dichos encuentros y plantear la cuestión de la materialidad en el grabado. Esto, situados bajo la premisa del Giro Material, que considera la relevancia de los objetos como elementos poseedores de significados, producto de la cultura y que tienen cargas simbólicas, emotivas e históricas específicas. 

Comprender el grabado desde una perspectiva material amplía el abanico de posibilidades de lectura, y ayuda a contar con más herramientas para el análisis de la obra impresa, entendiendo que existen otros componentes que la configuran aparte de su dimensión iconográfica. Como marco temporal, estas jornadas se centraron fundamentalmente en la Edad Moderna, período histórico que abarcó el Máster, y que se sitúa en los orígenes del grabado en occidente.

Cada una de las sesiones incorporó una instancia teórica y una práctica, para aplicar aquellos conocimientos. La primera sesión estuvo dedicada al papel, donde se inició con un repaso histórico del material, su viaje desde oriente a occidente, su tipología y métodos de fabricación. La jornada finalizó con un ejercicio práctico de sensibilización ante el soporte impreso, donde cada participante mediante acciones como el plegado, rasgado, arrugado, corte, activó la superficie lisa y pulcra del papel, provocando que apareciese el soporte en su tridimensionalidad, con texturas y tramas particulares. 

La segunda jornada versó sobre las herramientas, en especial las que se utilizan para grabado en relieve y calcográfico. Aquí se analizaron los ligeros y casi nulos cambios que han sufrido durante los siglos, sus pervivencias y desusos, así como la importancia del mantenimiento de las mismas. El conocimiento aplicado estuvo dedicado al afilado, práctica a veces poco difundida en el aprendizaje del grabado, pero que es esencial para cuidar que los trazos sean limpios y certeros, y para evitar una excesiva fatiga en quien trabaja la imagen. 

La tercera sesión trató sobre el aprendizaje del grabado, desde su arista en la institucionalidad con los gremios o academias, y de manera autodidacta con los libros y tratados. Resulta interesante analizar el mismo concepto de vigencia en esta área, ya que al estudiar manuales calcográficos como el primer tratado de Abraham Bosse de 1645, se observan bastantes similitudes con lo que es hoy la práctica del grabado. La parte práctica estuvo orientada en la creación de un fanzine colectivo donde el grupo de participantes recopiló y compartió sus recetas y consejos para hacer grabado.

¿Por qué es importante concebir el grabado desde una perspectiva material? 

Tener en consideración la materialidad aplica tanto para el grabado antiguo y contemporáneo y no sólo para quienes estudian la estampa, sino también para quienes las producen. Antes de analizar cualquier iconografía o representación de un grabado, se plantea como fundamental observar su sustrato; aunque comúnmente este material sea papel, pueden ser telas, plásticos, vidrios, metales u otras superficies lisas o texturadas, que por supuesto modelan el resultado final.  

El papel no es una superficie carente de información, su blancura no es sinónimo de neutralidad; es la materia donde toma cuerpo la matriz. Y entendiendo esta premisa, es necesario considerar al papel como sustancia que otorga y posibilita la lectura del grabado. Incluso en términos de conservación, junto a los inherentes factores ambientales, es su calidad la que sustenta en muchos casos su pervivencia en el tiempo. Un buen papel para grabado, libre de ácido, de fibras largas y resistentes, será un documento que resistirá mucho mejor el paso de los años, y por consiguiente asegura su subsistencia como objeto de estudio. 

Para el estudio del grabado antiguo –anterior al siglo XIX– el papel es un soporte que otorga mucha información; desde su tipología, si es papel verjurado o avitelado; sus inscripciones manuscritas o impresas, (firmas, anotaciones, sellos de coleccionistas), las filigranas, cruciales para la identificación del molino papelero y para estudiar la proveniencia geográfica del papel y sus vinculaciones con el lugar de impresión y distribución. Todos los anteriores elementos pueden ayudar a construir la historia de la estampa, desde sus lugares de producción, su modo de elaboración y trayectoria en el tiempo. El papel, a lo largo de la historia y como receptor del grabado, ha tenido múltiples formas y métodos de producción;

en este sentido, sigue siendo elemental a la hora de hablar de cultura impresa: de ahí lo trascendental de conocer sus características y cómo sus diversas tipologías configuran el resultado final de una estampa. 

Otro factor constituyente para la creación de una estampa y que quizá no han gozado del protagonismo que merecen, son las herramientas para el grabado. La infinidad de herramientas dan cuenta de la cantidad de técnicas para el grabado (en relieve y en hueco), donde gubias, cuchillos, y herramientas de incisión dan forma al taco de madera o lámina de metal. Si se analiza el repertorio de herramientas para grabado a lo largo de la historia es evidente una muy leve variación en sus formas, materialidades y tamaños, lo que da cuenta de la eficacia con la que fueron diseñadas, y su pervivencia es testigo de su vigencia. Un buril contemporáneo no dista demasiado de las representaciones del francés Abraham Bosse en su Traicté des manières de graver en taille douce sur l’airin… de 1645 o el berceau de las estampas que se realizarían un siglo más tarde en la Encyclopédie de Diderot y D’Alembert (véase imágenes). 

Por último, el conocimiento del aprendizaje del grabado resulta interesante a través del estudio de los lugares que han servido para la enseñanza del grabado tales como talleres de artistas, o espacios académicos más tradicionales. Es también relevante conocer las producciones materiales que recopilan aquel conocimiento, para también ir trazando ese camino de transmisión de la disciplina del grabado, y cómo –tal como sucede con las herramientas– mucho de lo que hoy se enseña en las escuelas contemporáneas tiene sus bases en libros del siglo XVII y XVIII.  

Un ejemplo de esto aparece en la Instrucción para grabar en cobre y perfeccionarse en el grabado a buril… escrito por Manuel de Rueda y publicado en Madrid en 1761, donde en el prólogo aparece el llamado de atención sobre la importancia que tiene para la formación del grabador: ser eximio dibujante, junto a otros cotidianos consejos, que todavía resuenan en el contexto formativo del grabado: “pero es indispensable, que el aplicado no sea tímido en la ejecución, escaso en la paciencia, torpe en la comprensión, ni falto en el dibujo, y pintura” (folio 8r). 

Observar el grabado desde esta perspectiva brinda herramientas certeras para su estudio, para establecer nuevas lecturas que complementen el análisis iconográfico y consideren aquellos otros factores que incidieron en su producción.

Bibliografía

Bosse, Abraham. Traicté des manières de graver en taille douce sur l’airin par le moyen des eaux fortes & des vernix durs & mols : ensemble de la façon d’en imprimer les planches & d’en construire la presse & autres choses concernans lesdits arts. París, 1645.

Rueda, Manuel de. Instrucción para grabar en cobre y perfeccionarse en el grabado a buril, al aguafuerte y al humo, con el nuevo método de grabar las planchas para estampar en colores, a imitación de la Pintura y un compendio histórico de los más célebres Grabadores, que se han conocido desde su invención hasta el presente. Madrid: Joaquín Ibarra, 1761.

Abraham Bosse, [10] Traicté des manieres…1645. Fuente:  Biblioteca Nacional de España. Fotografía de la autora.

Jornada dedicada al Papel. Museo Universitario del Grabado, septiembre de 2023.

Diderot y D’Alembert. [Pl. VIII]  Gravure en Maniere Noire. Fuente: Gallica BnF.



Renata Sagredo Osorio

Es licenciada en Arte de la Pontificia Universidad Católica de Chile, y Máster en Historia del Arte de la Edad Moderna, en la Universidad Autónoma de Madrid. En 2014 crea el Taller La Veta, espacio dedicado a la producción, difusión e investigación del grabado, actualmente radicado en Valparaíso, Chile.